lunes, 28 de julio de 2014

poesías 18



Yo y mi plácida descomposición,

creo en la consecución insana del aturdimiento mental

y en la idea de que…








Necesito la sombra fría

del árbol frondoso

alimentar de seducción muy joven

a mi pálida pupila,

necesito sobre un nido lubricado

los besos de mis dedos estirar

mi deseo ofensivo

a tu pleno mar

y escucharte susurrar:

- no quisieras hacerme tuya?

siempre me ha parecido fascinante

el color bronceado y cremoso

un color… a sol y su aceite

con sabor a monte de venus









Como escarcha de las ramas

que se derrite sobre un lupanar de sangre

veo llegar la mañana

mientras en mi mano sostengo un durazno,

su textura desvía mi imaginación hacia los pechos de una dama

y cuando pienso que los estoy por morder

saco primero la lengua y acaricio lo que supongo

es la piel, y luego, en efecto, la muerdo

y aquel sabor contrasta con lo dulce del gemido

y… con el zumo del resto del cuerpo

-en especial el de la espalda-

explicita mi lengua se embarra

hiriendo, cada vez más veleidoso, la pulpa

hasta rasgar la semilla









En las orillas plateadas junto a mi corazón

desabrochaste tu blusa

y leí tu oración

no descubriste tus pechos

no sé con qué intención,

porque así te sabes más deseada

o por evitar la tentación,

déjate envolver por mi mirada

tal como te envuelven los velos transparentes

de rocío perfumado a magnolia

que se filtran por las orillas de la madrugada;

con mis manos? no sé qué pasó

temblorosas y santas se astillaron

cuando buscaba en tu cuerpo el placer,

al hallarlo, descoyuntarlo

y amanecer con él

nuevas venas

limpiamente me nacen bajo la piel

ajenas aún

al trato adúltero de mis manos;

sabes amada que mi alma está en pedazos

quien la ha dejado así?

creo… que he sido yo mismo

en cada pedazo se ve la huella de un alabastro

se parece a una de esas copas arrojadas contra la pared

siempre efímero el primer destello

y que luego queda por los rincones,

amenazando los pies desnudos









Vengo a  ofrecer mi cuerpo 

a dejarlo expuesto a las miradas

a las ansias y deseos, cuáles sean

a que con él se complazcan,

ser la tentación que se puede alcanzar y disfrutar,

vengo a dejar mi cuerpo

amontonado sobre mis ropas

con los cabellos luxados, arremolinados

sí, íntimamente ligados








danhysick