Mi vida es una conjetura de sueños desequilibrados
y de contornos nimbados
como los vestidos de nuestra doncella amada
que a media noche se dirige hacia los murmullos del
bosque
participa en el aquelarre y retorna
obscurecidos sus trajes hasta un belleza infinita;
y sus apacibles ojos grises
que más bellos y tristes no los hay
ni en el fondo de los que reposan al fondo del estigio
botan expresiones atormentadas
para los que, aferrados a la vida,
no logran arrancarla de su melancolía
y se estremecen cuando sus pupilas se deslucen
ante las depravaciones de la vida
o cuando se queda muy quieta mientras la recuestan
sus propias fuerzas desvanecidas
en las nieblas de sus melodías
catatónica, extasiada, adormida
tu piel que parece un manto de cicatrices
se confunde con la azul polvareda
de todo el gentío que ha pasado por tu vientre,
amiga indecorosa
he visto desde la oscuridad callejera
que miras a las estrellas
cuando en tus pechos sientes
los besos golosos de cualquiera;
quisiera decirte que lo que más me gusta...
son tus ojos
que acumulan desdenes para luego soltarlos todos
que acumulan desdenes para luego soltarlos todos
como una carcajada guardada
años
mientras te derraman sus temblores
a tus espaldas, sobre la almohada o entre tus palmas
a tus espaldas, sobre la almohada o entre tus palmas
Y que de mi sombra ajena
que va por donde yo quisiera ir
que se anticipa y ocupa mi puesto
y que gravemente desproporcionada
en la obscuridad
es como el milenario abismo
que mis dedos tocan
cuando la gillette de la luz
merma el descanso;
mi sombra ajena
que hace como si no fuera con ella cuando sufro
pisotea los manjares que iban a llenar mi mesa
malogra mis venideras alegrías
atropella mi presente
se me anticipa!
y qué le estará contando a mi futuro
que éste, regresándome a ver
frunce el ceño
Aprietas, indecente, la cúspide de tus montes de
alabastro
me muestras, sin ser mi presencia advertida por tus
sentidos,
tus nacarados dientes
y cierras los ojos para engañar a la inocencia,
dejándome contemplar tu tierno rostro
mancillado de mis suspiros y anhelos prohibidos,
profanos
en tu trance pasional, en tu imaginar de rosas
fulgurosas
a dónde corres injuriando halagos malignos?
hacia dónde vuelas en efímeros desmayos
que se tragan y devoran tu alegría, tu calma?
es el voluptuoso vaivén de tus cabellos sobre tus
mejillas
lo que provoca en mí el insano deseo de querer por ti,
sólo por ti
suturarme vísceras, tejidos, músculos y piel
y al engendro que nació en tus gemidos de placer
transformar en el casto conquistador de tus ensueños
con rostro de ángel y corazón fiel a tu sonrisa
para velar tus aposentos de lóbrega inspiración
y así inscribir el más dulce epitafio en el aura de tu
satisfacción
danhysick
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