domingo, 6 de mayo de 2012

poesías 6


La pobre manera con que su tapado
quedó sobre la arena
mal disimulando la inocencia de sus bucles
a mí, el indómito, me hace estremecer
qué suavidad de sed!
qué alegres temblores de tu ser
gracias al repique del corazón,
todo lo aceptas
sin reflexionar bendices,
el más leve frote de los cerezos
suspendidos sobre tu labio
nos dejaba con marcas adulzadas en el pubis;
precioso bocado
de suave piel, fresco cuello
trigueños pezones
como dos estrellas de anís
meciéndose adentro
en la dulce miel
que he pintado sobre tu cuerpo
y al igual que en un fruto de difícil acceso
pretendo –como un criminal– hundir mis labios
en tus recodos y pliegues
y provocar un simún, un alud
de bendiciones
                





               

               
Mis hojas preferidas del cedro
que yo impuse sobre sus pechos
-túmulos de canela para cuervos-
se han ajado como un velo;
en su retirada
la luz violenta de su mirada
bota al piso las flores
que bordé en su cintura,
saco el codo de su vestido plisado
y por ella viene un cortejo entre risas de abadesa
la hiena
se la lleva a través de las puertas de la tristeza
tras ellas cae
el perfume masoquista del cielo

               





               
               
Mi corazón empuja al tuyo
a cada segundo
pero este no reacciona
no regresa el golpe,
mientras pienso 
tratas de rasguñar los muros, verdad?
tratas de desprender las láminas de aerosol,
lo consigues…
la noche se incendia por un instante
y todas las prisiones se iluminan
los animales nocturnos detienen su matanza
los animales lujúricos disfrutan más
lujúricos

               
               





               
Al fondo de la calma gris
reposa tu angelical matiz
y a él se postra la fragancia de lis
mientras el candelabro de ágata
muestra sobre el tapiz
tu paisaje en éxtasis, 
tu rostro es de sutil rubí
y tu perfume se apega a mí
con núbil danza
aún en mi lontananza 


               

               



               
Por qué rechazarte?
si eres deliciosa, apetitosa
en tiempos equivocados
las manos te han confundido con carroña
pero esta carta
que el viento lleva en su bolsillo
te delata más poesía que antes
poetisa describiendo juegos sexuales
               



               


               
Laceraos vuestros cuerpos en mi nombre
y bebed, una de la otra, su exquisita sangre escarlata  
con sinfonías del infierno abrasaría sus cuerpos
y en el desolado campo
andaríamos sin rumbo cierto,
lleven sus labios
hacia el aliento de cada una
y entréguense al láudano de sus placeres,
entre uno y otro sorbo de muerte
su delirio comulga con el maligno;
dos cisnes se despedazan
y enrojecen el lago
               
               





               
Cuando la fatalidad
se ensaña con nuestras alegrías
y al buscarlas 
o intentar recogerlas de los campos
nos mancha las manos el desconsuelo
al corazón
lo aplasta la miseria
como un martillazo
y la sangre sale escupida con violencia
hacia los anhelos del alma
atrofiándolos de impotencia,
la desesperación por una esperanza
vuelven más siniestros los ciclos del verano



danhysick



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