Con
tu mandamiento de amor
sin
más flores que dar que las de hoy
y
con el corazón besado por una lanza
trato
inerme de amarte
roto
como estoy;
muestras
a contraluz solo rasgos desquizoides
sigues
con eso de las ensoñaciones?
con
tus ojos nublados de azul
ruedas
escalones abajo
pasando
por esa larga fila de maleantes,
labios
rozando
la
primera piel de los manantiales
Porqué
empiezas primero por el dolor?
lo
llenas en tus manos
y
me haces la señal
en
efecto, son cruces lo que cuelga del travesaño
del
cielo
y
entre los juncos en flor
abres
pieles
hundes
uña, tarso y metatarso
en
el rosario de flores visceral,
mi
princesita de filigrana
con
los ojos aclarados por los orgasmos
tu
rostro se abre de alucinaciones
y
si pienso en las caricias díscolas
mi
humedad por si sola rezuma de tus poros
y
su aroma a eucalipto
pone
su romance sobre el diván
donde
también está
tu
ternura amanecida
apretada
a mi sentencia lapidaria
que
ha juzgado mis acciones
indebidas
o no, nunca quisiera saberlo,
pero
mías, hechas por inercia
escarbadas
durante la catalepsia
felicidad
post-funeral
Si nuestra sepultura es penar
en las entrañas de lo inmundo
áspero reacciono al festín de
lo macabro
mis poros cavernosos absorben
el suave ámbar
que yace en tus mejillas
muertas
y las hojas secas, pardas,
danzan levemente a lo lejos
esparcidas por el soplo
omnipresente de nuestros sueños difuntos,
de mi furia y tu risa, de
nuestros lamentos
el vino de consagración lo
bebo de tu húmeda y cálida intimidad
tu aliento de vil engaño me
embriaga
y tus besos lascivos sacian
mis ansias
te amo más cuando tus obscuros
ojos selváticos
se bañan densos del orgasmo
acontecido en tu alma
la lápida de tu faz,
eflorecida por la savia muerta de tus venas,
destella de pureza
mórbida palidez de tu aura
benevolente,
palmo a palmo el descompás de
tu ternura
y la vibración melancólica de
tu sublime canto
penetra en las costras de la
extraña esencia
que se fermenta bajo nuestros
pies,
todo se tiñe de ensueños
purificados
por la gracia de tu discorde
sinfonía, voraz y sutil
acompañada por una infinidad
de liras cascadas
su hilares vibran en frenética
melodía insana
y una copiosa lluvia de
líquido verde-negro retumba con su caída
acompañando cual eco coralino
tus tonos ensoñadores
y llenan todo de infinita paz,
sosiegan mi alma
encerrados, sepultados en esta
inextinguible garita fúnebre
Tu
figura interrumpe lo que en mi visión
es
el brillo del lago en un raro atardecer
más
desnuda que el agua de las fuentes
e
intrépida como tu lengua viperina
cuando
se acerca a mis partes temblorosas
caminas
sobre el resplandor de zafiros líquidos
te
recuestas sobre el manto de estelas
y
giras como áspid sobre su presa
los
chorros que levantas caen sobre tu cuerpo
y
resbalan por tus túmulos
como
lágrimas entre resuellos,
y
con todos tus labios entreabiertos
eres
los mismo que la flor, el excremento
o
el cadáver
que
mana su aroma a los buitres
sí,
eres como las flores que al alba se abren hermosamente
como
un cruel epitafio... que se estira sobre la lápida
danhysick
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